| Descripción |
Forma parte de un conjunto de seis cartones pintados por los hermanos Navarro bajo la dirección de Mariano Salvador Maella para la realización de una serie de tapices de estilo pompeyano que fueron tejidos en la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara por encargo de Carlos III. Los tapices decoraron el Cuarto de las Infantas en el Palacio del Pardo pero enseguida fueron trasladados al monasterio de San Lorenzo de El Escorial donde continuan cubriendo las paredes de de la Sala pompeyana del palacio de los Borbones.
Según las cuentas y libranzas conservadas en el archivo del Palacio Real de Madrid fueron encargados a Agustín Navarro que sólo pudo pintar tres, un cuadro y dos sobrepuertas, entregados a la manufactura de tapices en 1787. A su muerte los que faltaban fueron terminados por su hermano Juan que los entregó a la fábrica en 1788. Su diseño, según el primer pintor, se compone de adornos al gusto de los "descubiertos en las excavaciones de Pompeya, Herculano y las Logias de Rafael": es decir, combina motivos neoclásicos directamente basados en las ruinas de las ciudades romanas excavadas durante el reinado napolitano de Carlos III con motivos renacentistas derivados de los grutescos de Rafael - a su vez inspirados por las pinturas de la Domus Aúrea de Nerón- cuyo modelo había pervivido en los diseños de "arabescos" de estilo barroco.
De fondo color "caña", los motivos ornamentales polícromos - frisos, guirnaldas florales, roleos de acantos, barras, pájaros, jarrones, monstruos grotescos - forman la trama decorativa que enmarca el medallón central con figuras pintadas en grisalla, en este caso, un erote sobre un pedestal que entrega una guirnalda de frutos a una matrona romana.
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